sábado, 20 de enero de 2007

Esfuezate y sé valiente


Todo lo que querés lograr en la vida primero tenés que aprender, tu primera decisión tiene que ser: lo voy a batallar en oración, lo voy a decretar en el mundo espiritual porque cuando lo decreto en el mundo espiritual, en el mundo natural se desata y viene a mi vida.

Cuando aprendas a desatar en el mundo espiritual las cosas del mundo físico que están dobladas y encorvadas, volverán a enderezarse. Cuando aprendas a desatar las cosas buenas del mundo espiritual, las cosas buenas del mundo natural vendrán. Y cuando aprendas atar las cosas malas primero en el mundo espiritual, las cosas malas en el mundo natural quedarán atadas en el nombre del Señor.

sábado, 13 de enero de 2007

El valle de los huesos secos


1 La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos.
3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!
5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir.
6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor. »
7 Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí.
8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan. »
10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso! Ezequiel 37

lunes, 1 de enero de 2007

Feliz Año Nuevo!



Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;
marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse.
Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.
Habacuc 2:3